La mayor parte de la gente piensa que los tréboles son, simplemente plantas. Pero en realidad no es así; la verdad es que los tréboles son flores, son las flores del Amor. Porque, como todos sabemos, hay tréboles de tres hojas y muy rara vez de cuatro hojas. Pero alguna vez tuvo que nacer el primero.
En un campo como tantos otros, había un montón de tréboles, todos de tres hojas. Entre ellos había relaciones como la que tenemos los humanos entre sí: amistades, devociones, admiración, atracción… hasta que un día, dos tréboles se enamoraron por completo: sus tallos temblaban al despertar cada mañana y contemplarse el uno al otro. Los tréboles querían ser uno solo, pero sabían que no era posible: eran dos flores diferentes y no podían convertirse en una! Y además, había cosas que hacían que entre ambos hubiese roces y enfados…
Pasó el tiempo, y los tréboles estaban más y más enamorados; hasta que un día, ya llenos por completo el uno del otro, decidieron dejar morir su parte negativa, el miedo, que era lo que hacía que se separasen el uno del otro. Cuando por fin pudieron dejar que muriese esa parte, con ella murió también una de sus hojas, y entonces, por fin, se fundieron en un solo tallo, formaron un trébol de cuatro hojas.
Hay muy pocos tréboles que consigan llegar hasta los límites del Amor, pero son su máxima expresión. Desde entonces, se dice que los tréboles de cuatro hojas traen buena suerte, por que ésta no es otra cosa que el Amor puro. Y por eso, cuando encuentras uno, es que estás preparado para esta gran aventura de amar, y si alguien te lo regala… es que está invitándote a compartirla.
Los tréboles de cuatro hojas son una mutación genética. Según los expertos, la probabilidad de encontrar un «trébol de la suerte» de forma natural entre otros tréboles normales de tres hojas es de aproximadamente una entre 10.000
Tomado de la Red
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